Por Laura Dolcini, Osteópata
En osteopatía se trabaja siempre con pequeños movimientos porque así es el pulso de nuestro cuerpo. Se trata de sutiles gestos de expansión y retracción de los tejidos, del latir de la vida, de la fuerza interna que se manifiesta nos demos cuenta o no. Estos movimientos vitales luchan con las restricciones que el cuerpo suele ir adquiriendo a través de la vida: malas posturas, caídas, accidentes, malos hábitos, enfermedades, etc.
Por ejemplo, podemos tener una lesión en una vértebra de la columna. Esta lesión comprime suave y constantemente un nervio, un ganglio simpático, o ambos. El proceso de ahogo se hace despacio. Progresivamente el nervio queda privado de su circulación propia. El aporte de sangre se restringe. La nutrición celular se detiene y los capilares venosos y linfáticos, también comprimidos, no drenan más los desechos.
Una célula mal drenada, se cansa. Se producen inflamaciones, edemas. Se instala un trastorno crónico: dolores continuos sin causa aparente (dolores de cabeza, malestares del aparato digestivo), problemas cardíacos, cansancio constante, u otros síntomas. Recordemos que de la columna salen todos los nervios que irrigan y nutren las vísceras y todo nuestro organismo, vinculando la parte de atrás del cuerpo con la de adelante.
Esta reacción en cadena que se produjo a partir de la compresión del nervio saliendo de la vértebra, evita la buena regulación del organismo y baja la efectividad de nuestro sistema de defensa.
Qué hace el Osteópata
El osteópata debe recorrer el trayecto inverso del proceso de la enfermedad para encontrar la lesión primitiva y corregirla. También tendrá que devolver el movimiento a las zonas bloqueadas. Sus herramientas son sus conocimientos y sus manos.
La osteopatía ayuda al cuerpo a recuperarse en forma natural, trata:
– Dolores de cabeza: jaquecas, neuralgia del trigémino, cefaleas de origen digestivo, vértigo, mareos.
– Problemas cardio-circulatorios: palpitaciones, arritmias, bradicardia, taquicardia, hipertensión, hipotensión, várices, hemorroides, edemas (en general).
– Problemas digestivos: trastornos de vesícula, náuseas, síndrome del vago, dolores de estómago, hernia hiatal.
– Trastornos del sistema nervioso: depresión, fatiga, ansiedad, insomnio, etc.
La osteopatía es un tratamiento eficaz y sin peligros cuyos logros y resultados son extraordinarios. Cura muchas veces y mejora siempre.
Para más información, acceda a http://www.osteopatia-lauradolcini.blogspot.com