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Comunicarse con una persona que posee una pérdida auditiva puede ser difícil

Lic. Perla Lopardo, Fonoaudióloga

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TIPs para mejorar la comunicación con hipoacúsicos y formas de ayudarlos.

La comunicación es una necesidad básica para todas las personas siendo muy importante tomar un rol activo para asegurar la mejor comunicación posible con aquellas que poseen una pérdida auditiva.

Algunas de las situaciones son más desafiantes que otras y exigen más esfuerzo.

 

TIPs para mejorar la comunicación

  • Posicionarse cerca de la persona usuaria de audífono.
  • Obtener la atención del usuario y establecer contacto visual antes de comenzar a hablar.
  • Evitar las conversaciones en ambientes ruidosos, el ruido ambiente puede afectar la comunicación.
  • Hablar claro sin levantar la voz. Frecuentemente los usuarios de audífonos tienen problemas para identificar la palabra, sin ser éste un problema del volumen de la misma.
  • Si las personas con pérdida auditiva tienen problemas para comprender una frase, debe parafrasearse la oración previamente dicha con diferentes palabras.
  • Comunicarse con usuario de audífono se hace más simple si se apaga la radio o la televisión.
  • Tratar de tomarse el tiempo al hablar. Hablar más lento que como se haría con una persona sin problema de audición.
  • Muchas personas que poseen una pérdida auditiva necesitan observar el movimiento de los labios para suplementar su audición.

 

Se puede ayudar a una persona con pérdida auditiva de la siguiente forma:

  • Posicionarse en un lugar donde la otra persona pueda ver claramente el rostro.
  • Evitar hablar mientras se come.
  • Evitar fumar mientras se habla.
  • No cubrirse el rostro, preferentemente la boca, con las manos.

 

TIPs para reducir las dificultades de comprensión

  • Mantener contacto visual con el hablante o estar seguro de que puede ver su rostro correctamente.
  • Si se encuentra en una posición donde una persona le habla desde la distancia, acercarse a esa persona.
  • Buscar las palabras claves en una oración. La comprensión suele ser más exitosa siempre y cuando se conozca el tópico del cual se está hablando.
  • Llegar temprano a las reuniones para ubicarse cerca del orador.
  • Hacerle saber a las personas que lo rodean de su pérdida auditiva. Si las personas de su entorno no están al tanto de su hipoacusia, no van a cambiar su modo de hablar.
  • Otorgar ocasionalmente cierto feedback a las personas con quien está hablando para asegurarse que está siguiendo correctamente la conversación.

OMS alerta que más de mil millones de jóvenes están riesgo de perder la audición

audiciónMás de 1.100 millones de jóvenes en el mundo están en riesgo de sufrir pérdidas de audición a causa de prácticas inseguras de escucha, como usar dispositivos electrónicos y auriculares reiteradamente y a un volumen más alto al recomendado, según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Por esas causas ya existen más de 43 millones de jóvenes de entre 12 y 35 años con discapacidades auditivas.

En los países más ricos, la mitad de los jóvenes escuchan distintos dispositivos electrónicos a niveles de escucha inseguros. De ellos, el 40% están expuestos a niveles excesivos de ruido en discotecas, bares, y eventos deportivos.

Se considera como insegura la exposición a 85 decibeles (dB) durante más de 8 horas o a100 decibeles (el nivel medio en una discoteca) durante 15 minutos.

Para evitar esos riesgos, la OMS ha recomendado acciones simples:

– Bajar el volumen de los dispositivos (máximo de un 60 % de su capacidad); limitar el tiempo de exposición a actividades ruidosas; estar atento a los signos de pérdida de audición, como silbidos en los oídos, o detectar dificultades de escucha tras estar expuesto a ruido.

– Acatar los niveles de sonido recomendados por los propios dispositivos electrónicos, como las aplicaciones de los teléfonos celulares; e ir regularmente al otorrinolaringólogo.

– Sugiere a los padres y profesores que eduquen a los jóvenes sobre los riesgos de niveles de sonido inseguro.

– La OMS propone a las compañías que fabrican dispositivos electrónicos que incluyan en sus diseños niveles seguros de audición y que informen de los riesgos de incumplirlos.

– A los centros de ocio y de deportes se les insta a reducir el volumen, ofrecer tapones a los clientes y a ofrecer espacios sin ruido.

– Llamar a los gobiernos a que modifiquen la legislación para limitar el ruido en actividades recreativas.

¿Cómo elegir un audífono?

Es posible que necesite un audífono si:

… Su audiencia le frustra cuando conversan con sus familiares o amigos.
… Su pareja le dice que a menudo tienen que repetir lo que dicen.
… Su incapacidad para oír cosas te ha causado alguna molestia.
… Usted tiene dificultad para oír la televisión o la radio a un volumen normal.
… Estás preocupado de que sus problemas de audición dificultan la vida social.
… Que asisten a los servicios religiosos o actividades en grupo con menos frecuencia debido a su problema de audición.
… Es difícil para que usted pueda escuchar o entender cuando alguien te habla en un susurro.
… Usted siente que está afectada por un problema de audición.
… Su audiencia crea dificultades cuando usted visita un restaurante con amigos o familiares.
… Tiene zumbidos en los oídos que no va a disminuir.

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¿Cómo elegir el audífono adecuado?
Actualmente al momento de decidir la compra de un audífono nos encontramos con el desafío de seleccionar entre una gran cantidad de opciones, que combinan: tamaño, diseño, estética o tecnología, entre otras características.
Por eso les ofrecemos esta guía para saber qué factores deben tener en cuenta a la hora de elegir su dispositivo de ayuda audiológica:
Tipo de pérdida auditiva: cada persona es única, al igual que su problema auditivo. La necesidad de amplificación es una característica determinante a tener en cuenta.
Fisonomía: el tamaño y forma de su conducto auditivo, deben ser considerados al elegir el tipo de audífonos que podrá utilizar.
Estilo de vida: es de gran importancia tener en cuenta las actividades que realiza frecuentemente y con ellas, las exigencias auditivas de su vida social y/o profesional, de esta manera se podría evaluar cuales son los ambientes habituales en los que se encuentra para considerar los distintos aspectos tecnológicos con los que deben contar los audífonos para obtener así la mejor respuesta auditiva.
Tecnología: las combinaciones tecnológicas que usted necesite dependerán de su estilo de vida:
– Básica, la tecnología básica son dispositivos de programación manual, recomendado para estilo de vida tranquilo.
– Media, son dispositivos de calibración por computadora, con varias memorias que se adaptan a los diferentes ambientes en que se encuentra.
– Alta, poseen varias memorias, micrófono direccional automático, reductores de ruido, resistencia a la humedad, varios canales de programación, que le permiten escuchar mejor en distintos ambientes ruidosos.
Resistencia al agua: Es recomendable proteger siempre al dispositivo de la humedad, con un kit de secado, para alargar la vida útil del audífono. Los audífonos más sofisticados cuentan a demás con una película protectora contra la humedad.
Recuerde que debe realizar los estudios previos (audiometría y logoaudiometría) y contar con la ayuda de un profesional para la selección final del dispositivo auditivo.

Mucho más que oír: diagnóstico, aprendizaje y socialización

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Perla Lopardo es fonoaudióloga. Entre las actividades que realiza se encuentra la de observar a los niños en las instituciones educativas y en su actividad privada. Desde Medicina & Sociedad se la convocó para poder analizar el acercamiento de su profesión a la niñez.
La profesional da cuenta de un proceso que sufrió en ella una profesión en la que “podés trabajar desde que nacen hasta la vida adulta, con diferentes patologías”. Su pareja, el odontólogo Pablo León resignificó su mirada. Él es ortodoncista, y colaborando “me fui especializando en chicos”, “aprendí todo lo que tiene que ver la rehabilitación, respiración, deglución y demás. Después me quedé más con los chicos, con tartamudez, lenguaje, hasta que un día me picó el bichito de hacer audiología, que es lo que más me gusta y lo que más hago en consultorio”. Paralelamente actúa como fonoaudióloga de distrito en el sistema educativo, “donde ahí sí trabajo con chicos de tres a cinco años, haciendo prevención. Hacemos diagnóstico y derivación, no podemos hacer tratamiento porque somos dos fonoaudiólogas para todo el distrito, y le hemos agregado la parte de prevención, que es donde se le abre los ojos a los padres, donde hablamos desde adquisición del lenguaje, de lo favorecedor o no que es la eliminación de hábitos, les hablo un poco de respiración y prevención de audición, más ahora cuando se ven demasiadas patologías, con chicos que están desconectados, aislados, sin amigos… a veces no es nada, sino una manera de ser”.
Otra cuestión es “cuando tenés chicos de tres años que no hablan o no se los entiende; respecto al lenguaje yo les cuento a los padres que a los tres años, como sea, el niño tiene que hablar, que los cercanos le entiendan; que a los cuatro años le entiendan todos, aunque diga mal las cosas, y que a los cinco hable bien”, asegura Lopardo.
La fonoaudióloga explica que “como el lenguaje se aprende por imitación, siempre es importante usar la palabra correcta, por más que digan algo muy gracioso, le haces escuchar cómo se dice. No hay que corregir, porque lo hace a propósito para llamar la atención o se niega a hablar, entonces hay que actuar con cautela porque están adquiriendo el lenguaje, y dentro de ello está la otra cuestión, ¿escuchan bien?. Porque si no escucha, y se aprende por imitación, estamos ante un problema”.
Desde hace un tiempo, por ley, es obligación realizar estudios auditivos a los recién nacidos. Allí, “el problema está en que no se lo controla más; lo que yo insisto es que los controles se hagan de rutina, que se repitan cada dos años”, porque “cuando vas al especialista es cuando ya no oís, y ya es tarde, si vas a tiempo, por ahí ni llegás a un audífono y podés hacer otras cosas”.
Paralelamente pretende alertar acerca de los hábitos, como el “uso del chupete, pañal o mamadera más allá de lo que deberían. Además de interferir en la dentición, es decir la formación de dientes y del paladar, de cómo van a tragar y alimentarse, afecta al lenguaje también. Las mamás a veces les sacan el pañal de día, entonces se manda un doble mensaje, el chico entiende que es grande de día y bebé de noche”. Entonces machaca: “siempre un solo mensaje”, y automáticamente asegura que “una mamá me dirá: tengo que lavar sábanas, y sí, porque cada logro de nuestros hijos es un sacrificio nuestro, porque cuando le sacás el chupete estarás un tiempo contándole cuentos. Lo mismo con la mamadera”, plantea, ya como mamá.

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Estancar el desarrollo

Lopardo afirma que no actuar puede tener implicancias futuras que afectarán el normal desarrollo, “lo estancás”, asegura. “El desarrollo implica todo lo social, lo intelectual, lo que tiene que ver con el aprendizaje. Un nene que se da cuenta que habla mal, puede suceder que es súper superado y no le pase nada, o lo más frecuente, que se retraiga, entonces se aísla. Un nene que toma la mamadera no va a ir a jugar a lo del amigo, si usa pañal no va a dormir a lo de la abuela, porque sabe que está mal. Porque además se lo dice la mamá”, volviendo a insistir con la necesidad de evitar los dobles mensajes.
Esos son los problemas que intentan abordar desde el sistema educativo, trabajando en detección temprana, junto a una asistente social. Esa escasez de recursos hace que se elabore “red con instituciones fuera de lo escolar, con el CRIB, SEAT, psicólogos, pediatras y fonoaudiólogas. Para derivar vemos a quiénes y después realizamos un seguimiento; la idea es que ingresen a primer grado sin ningún tipo de dificultad”.
Casi en soledad, expresa que “a veces consideran que somos exageradas, y si no pronuncia la r, no habrá ningún problema. Pero si ese chico tiene la feliz idea de estudiar locución, le arruinamos la vida, porque tiene que reeducar de grande y es mucho más difícil”. Del otro lado están las sobrepreocupaciones de algunos padres. Lopardo relata que “han venido papás con un nene de tres años porque no pronuncia la r, hay que dejarlo en paz, porque no está preparado para reproducir la r”, ante lo cual no queda más que esperar la maduración apropiada.

Males de hoy

 Los niños híper conectados realizan un uso temprano de auriculares. “A eso lo llamamos contaminación auditiva”, dice Lopardo. Aclara “que por tener algo en el oído no pasa nada, el tema es el volumen que usan, que generalmente es muy alto”.

Su gravedad es comparada a los efectos producidos en un tractorista. Exponer durante años al auricular, produce daños al oído. ¿Qué hacemos?. “Si trabajás en ambientes ruidosos tenés que usar protección auditiva; te lo tiene que dar tu empleador, si no lo hace, podés comprar los tapones de silicona en la farmacia, podés hacerlos a medida eso es lo ideal-, y si no algodón con vaselina. Si usás auricular, empezá a bajar el volumen; lo mismo en casa, no podés tener la compu, la tele y la música encendida, todo castiga al oído”, aunque parezca inofensivo.
Una forma fácil de diagnosticar es en los niños el volumen de la televisión, “si se lo empezás a bajar y él escucha, es porque escucha bien”. A lo que agrega de inmediato, “padre que sospecha, chico que no escucha”.

 

Siguen los prejuicios sobre la discapacidad auditiva

La pérdida de audición sigue percibiéndose como una afección que afecta a las personas mayores, aun cuando datos por todo el mundo dicen otra cosa. Esta errónea apreciación hace que la discapacidad auditiva sea difícil de sobrellevar tanto socialmente como por supuesto laboralmente.

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El informe anual de 2008 de la asociación nacional sueca de discapacitados auditivos, Hörselskadades Riksförbund, HRF, confirma que siguen existiendo prejuicios sobre la pérdida de audición. Los prejuicios persisten entre otras cosas por los propios discapacitados auditivos que prefieren negarse a aceptar su afección. Suelen actuar como si simplemente tuvieran algún problemilla para oír, ya que sólo las personas mayores tienen una pérdida de audición verdadera.
Según el informe, dos de cada tres suecos con pérdida de audición no han acudido a ningún profesional en busca de ayuda. Casi la mitad de este grupo con discapacidad auditiva padece una pérdida de audición desde hace más de diez años. Muchos de los discapacitados auditivos evitan hablar abiertamente de su problema de audición ya que temen la reacción de los demás.

Problemas en el trabajo
Las consecuencias de no ser sincero respecto a la pérdida de audición que se padece se hacen evidentes en el lugar de trabajo. Según el informe, dos de cada tres personas con discapacidad auditiva nunca han hablado abiertamente sobre su problema de audición en el trabajo. En el sector privado, un elevado 70 por ciento de las personas con pérdida de audición lo mantiene en secreto.
Por otro lado, el informe del HRF señala que las empresas hacen muy poco para ayudar en lo posible a los empleados con discapacidad auditiva. Los problemas de audición rara vez tienen un lugar destacado en las evaluaciones laborales y las revisiones de audición regulares u obligatorias entre los empleados son inusuales. El informe pone de manifiesto que para crear una mayor conciencia sobre la pérdida de audición es necesario que varias partes se involucren, si las personas con pérdida de audición quieren evitar sufrir socialmente por su afección.

Pérdida de audición por las condiciones de trabajo

Tono, duración, manera en que se desarrolla y variación en el tiempo son las variables a tener en cuenta.
Varias enfermedades profesionales se deben a la pérdida de audición como consecuencias de las condiciones que existen en el lugar de trabajo.
Se estima que un porcentaje muy elevado de españoles, aproximadamente un 70%, padece niveles de ruido que superan el límite de ruido máximo aceptable. El límite que es concebido por científicos y profesionales sanitarios es de 65 decibelios. Cuando se supera este número, se considera al ruido como inaceptable.
La relación entre ruido y sonido es confusa. Para muchas personas lo que puede ser un sonido, es un ruido para otras. Imagínense en una disco; allí las personas aceptan sonidos con decibelios muy elevados, que son inaceptables para alguien que quiere descansar, en esta situación los niveles que se aceptan son más bajos.
Pero vayamos al punto de vista médico profesional. En este punto se considera ruido al sonido que puede producir pérdida de audición, siendo nocivo para la salud. Podemos nombrar algunas variables que se tienen en cuenta para este criterio donde los ruidos comienzan a ser nocivos para la salud:
* Tono
* Duración
* Manera en que se desarrolla
* Variación en el tiempo
Ahora vayamos al punto de vista legal. Aquí se considera que los efectos nocivos del ruido comienzan por encima de los 85 decibelios. En este límite es cuando entra en juego la legislación en cuanto a las medidas de protección ante estos elevados decibelios de ruido, más que a su eliminación.
Cuando en un trabajo se comienzan a conjugar las variables que hemos nombrado, se empieza a vislumbrar perjuicios para la salud de los trabajadores.

La exposición en el trabajo a elevados niveles de ruido
Muchas empresas mantienen actividades que superan los 80 decibelios, y si dicha actividad se prolonga en el tiempo, es decir que es constante la exposición al ruido, el trabajador que realiza esa actividad va dañando su oído, casi de una manera imperceptible. Y el resultado termina siendo una sordera, producto de un proceso en donde se fue perdiendo la audición.
La exposición en el trabajo a elevados niveles de ruido no solo ocasiona la pérdida de audición en el trabajador. Como consecuencia de esta disminución de la audición, la persona se ve afectada en sus relaciones sociales; no oye bien, no puede comunicarse como antes, necesita que le hablen de forma más elevada, etc.
Por ello, esta pérdida de audición en el trabajador, producto de su trabajo, le puede provocar problemas psicológicos (disminuye la capacidad de atención, concentración, disminuye la comunicación, se irrita más fácilmente, etc.), cardiovasculares y acústicos.
Entre los efectos adversos que se producen en el oído se encuentran:
* Hipoacusia sensorial permanente
* Fatiga auditiva
* Acufeno, zumbido de oídos
Las empresas deben tomar medidas de prevención para que los trabajadores no vean perjudicada la audición. De lo contrario, deberán reparar esa situación.

Demasiado ruido causa daño

La pérdida de audición inducida por ruido ocurre cuando las células ciliadas auditivas, las células sensoriales del oído interno sufren lesiones provocadas por la exposición a sonidos demasiado fuertes durante un tiempo prolongado. Pero ¿cuando el ruido es demasiado ruido? Y ¿cuándo empieza el ruido a causar daño?.
Las respuestas están relacionadas: cuanto más fuerte sea el sonido, menos tiempo tardará en causar una pérdida auditiva.

¿Cómo se mide el sonido?
El sonido se mide en unidades llamadas decibeles o decibelios. Los decibeles se comienzan a medir en cero que corresponde casi a un silencio total y es el sonido más débil que nuestros oídos pueden notar. Para que tenga una idea, un susurro (secreto) mide 30 decibeles y una conversación normal mide 60 decibeles. En decibeles un incremento de 10 significa que el sonido es 10 veces más intenso o potente. Esto es 10 veces más fuerte para el oído. El sonido de la sirena de la ambulancia mide 120 decibeles. Los sonidos que llegan a 120 decibeles causan dolor de oídos cuando estamos muy cerca de ellos.
Los científicos consideran que, dependiendo del tipo de ruido, la intensidad o fuerza misma de las vibraciones causadas por los altos niveles de decibeles pueden provocar pérdida de audición. Estudios recientes también demuestran que estar expuestos a niveles de ruido dañinos desencadena la formación de moléculas en el interior del oído que lesionan las células ciliadas auditivas. Estas moléculas destructivas juegan un papel importante en la pérdida de audición que sufren en niños y adultos que escuchan ruidos fuertes durante mucho tiempo.

¿Cómo la duración del sonido aumenta el riesgo de tener pérdida de audición inducida por el ruido?
La pérdida de audición inducida por el ruido está relacionada con el nivel de decibeles de un sonido y por cuánto tiempo estamos expuestos a éste. La distancia entre nosotros y la fuente de sonido también es importante. Los sonidos se hacen más fuertes a medida que nos acercamos a la fuente y más débiles a medida que nos alejamos de ella. Al estar lejos del sonido, su intensidad y la posibilidad de provocar daños son mucho menores. Además, el impacto del ruido se va acumulando a lo largo de la vida. Si usted está expuesto a sonidos fuertes regularmente, con el paso de los años se acumula el riesgo de tener lesiones permanentes.
La pérdida de audición inducida por el ruido también tiene que ver con los genes de la persona. Algunas personas son más propensas que otras a la pérdida de audición inducida por el ruido cuando escuchan ciertos sonidos. Los científicos están investigando como determinar quien corre un riesgo mayor de pérdida de audición inducida por el ruido y quien corre menor riesgo. Por esta razón, todos debemos proteger nuestra capacidad auditiva cuando estamos expuestos a ruidos fuertes.
Los investigadores que estudian la pérdida de audición en el trabajo han hallado que una persona que está expuesta a niveles de ruido de 85 decibeles o más o un período de tiempo prolongado corre el riesgo de sufrir pérdida de audición.
Hoy en día muchos aparatos que usan los niños tienen niveles de ruido muy por encima de 85 decibeles. Por ejemplo, un reproductor de música MP3 tiene un nivel máximo de cerca de 105 decibeles. Ese nivel es 100 veces más intenso que los 85 decibeles. Los científicos recomiendan que no se exponga a sonidos mayores de 100 decibeles por más de 15 minutos sin tener protectores de oídos. Además la exposición constante a sonidos de 110 decibeles por más de un minuto sin protección aumenta el riesgo de pérdida permanente de audición.

¿Cómo puedo disminuir la posibilidad de la pérdida de audición inducida por ruido?
Sus oídos pueden ser el mejor sistema de alerta sobre ruidos que podrían llegar a ser peligrosos. El ruido es demasiado fuerte cuando:
* Usted tiene que alzar la voz para que alguien que está cerca lo escuche.
* Causa dolor de oídos, se desarrolla un zumbido o silbido en los oídos, así sea temporalmente.
* No escucha como normalmente lo hace, sino varias horas después de alejarse del ruido.
* Protéjase si está cerca de ruidos que activan su sistema de alerta.

Para evitar la pérdida de audición inducida por el ruido:
* Use protectores de oídos, ya sea tapones u orejeras.
* Aléjese de la fuente de ruido.
* Baje el volumen.

La vida cotidiana de una pérdida auditiva

En muchos aspectos, la vida cotidiana de las personas con pérdidas auditivas es idéntica a la de las personas con una audición normal. El día tiene su ritmo propio, con quehaceres, citas y tareas. De vez en cuando, uno tiene mucha energía, mientras que otras veces, uno se puede sentir cansado.

La diferencia es que, para las personas con pérdidas auditivas, el comunicar con el resto del mundo requiere que hagan un esfuerzo extraordinario. Esto se debe a los esfuerzos adicionales que tiene que hacer la persona para poder oír lo que se dice.

Además, hay que aprender a vivir con los prejuicios que imperan en la sociedad sobre las pérdidas auditivas. Ambos aspectos hacen que el tener una pérdida auditiva sea exigente, tanto para el cuerpo como para el espíritu.
Por ello, es natural que las personas con pérdidas auditivas se tropiecen con problemas que es necesario solucionar. Sin embargo, hay que tener en cuenta que siempre será más fácil solucionar un problema cuando la persona que lo tiene lo admite y cuando explica a las personas que le rodean qué pueden hacer para ayudarle.

Si puede, utilice un intérprete

A menudo, podría ser una buena idea – tanto para la persona con una pérdida auditiva, como para las que le rodean – obtener la ayuda de un profesional, para que no siempre tengan que ser los familiares o amigos los que se encarguen de ayudar.

Sus propias reacciones

Las pérdidas auditivas son un fenómeno muy común. Aproximadamente el 10% de la población mundial tiene una audición reducida.

Los audífonos digitales pueden ayudar a las personas con pérdidas auditivas a oír mejor. Sin embargo, esto no cambia el hecho de que la habilidad de comunicar sin problemas con el resto del mundo no es igual que la de las personas con una audición normal.

Los esfuerzos adicionales necesarios que conlleva el tener una pérdida auditiva, en combinación con las reacciones propias y ajenas a la pérdida auditiva, pueden ser exigentes física y mentalmente.

Por ello, es muy normal que las pérdidas auditivas resulten en una serie de problemas psíquicos. En algunos casos, estos problemas pueden acabar convirtiéndose en crisis personales de mayor o menor importancia, si no se hace nada para solucionarlos.

En nuestro diccionario podrá leer más sobre las reacciones emocionales hacia las pérdidas auditivas y cómo enfrentarse a estas emociones del mejor modo posible.

Lea sobre los sentimientos típicos, como por ejemplo: el aislamiento, la vergüenza, la culpa y la depresión.

El que manda es usted

Las pérdidas auditivas son precisamente eso: pérdidas, y conllevan limitaciones. Pero, aunque le pueda resultar difícil, deberá asegurarse de que dicha pérdida no acabe controlando toda su vida. Los esfuerzos para oír requieren gran parte de la energía diaria de la persona.

La tensión muscular

Los esfuerzos para oír que tienen que hacer las personas con pérdidas auditivas podrían resultar en tensión muscular en la nuca y el cuello.

Sea franco y explique que tiene una pérdida auditiva

El ser franco y explicar a las personas que le rodean que tiene una pérdida auditiva será beneficioso para Ud. No intente ocultar que su audición no es normal. Para que las personas que le rodean puedan ayudarle y mostrar consideración, es necesario que sepan que Ud. no oye bien.

Pida ayuda en situaciones de escucha difíciles – seleccione unas personas en las que Ud. confíe, tanto en su vida privada, como en el trabajo, para que éstas le puedan ayudar.

Los grupos de autoayuda

La participación en grupos de autoayuda representan una buena alternativa para facilitar la vida con una pérdida auditiva, ya que el hablar con otras personas que hayan tenido las mismas experiencias que uno mismo, puede contribuir a reforzar la autoestima.

Ud. y las personas que le rodean

El que la comunicación sea un éxito es una responsabilidad común, incluso en los casos en los que ésta tenga lugar entre personas con una audición normal y personas con pérdidas auditivas.

Por ello, si Ud. tiene una pérdida auditiva, hay varias cosas que podrá hacer para ayudar a las personas que le rodean a que le apoyen lo mejor posible. Un buen punto de partida sería que Ud. sea franco sobre su pérdida auditiva y que informe a las personas que le rodean de sus necesidades de audición. De este modo, participará activamente en la lucha contra algunos de los prejuicios que existen en relación con las pérdidas auditivas. Con frecuencia, el problema es que las personas con una audición normal no tienen conocimientos suficientes sobre qué significa tener una pérdida auditiva y cómo pueden ayudarle del mejor modo posible.

Siga preguntando hasta estar seguro

Sería una buena idea preguntar, para que así pueda Ud. estar seguro del tema de conversación. El mejor modo de evitar malentendidos es asegurarse de que uno haya entendido lo que se ha dicho. Para ello, lo mejor es hacer preguntas. Las personas con una audición normal también preguntan si no entienden lo que se dice.

Por otra parte, las personas con una audición normal podrían ayudarle con palabras clave para que Ud. pueda participar en la conversación, ya que dichas palabras contribuyen a facilitar la comprensión.

Reúnase con personas que conozcan sus problemas

Las personas con pérdidas auditivas pueden ayudarse mutuamente. Sería una buena idea compartir experiencias y consejos con otras personas que conozcan los problemas por sí mismas. Ud. tiene derecho a poder entender lo que se dice.

 

¿Cómo sé si oigo bien?

La mayoría de las pérdidas auditivas ocurren de manera gradual, de tal forma que los síntomas resultan a menudo difíciles de reconocer. La gente empieza por subir el volumen de la televisión, o pedir a las personas que le repitan lo que ya le han dicho. Tienden a olvidarse de cómo suenan los sonidos. Empiezan a vivir en un mundo más silencioso, sin darse cuenta de que no perciben los sonidos más suaves de la vida cotidiana, como la lluvia o el canto de los pájaros.
Generalmente esta pregunta es contestada primero por su familia. Ellos son los que comienzan a darse cuenta de que usted no está oyendo bien, ya que se aísla en las reuniones o no contesta cuando se le habla.

Síntomas de una pérdida auditiva

  • Parece que las personas hablan entre dientes
  • Tiene que esforzarse en oír cuando alguien habla o susurra
  • Tiene dificultades para oír cuando alguien le llama por la espalda o desde otra habitación
  • Necesita mirar los labios de la persona que habla para poder seguir una conversación
  • Le resulta difícil seguir una conversación cuando se encuentra entre un grupo de personas, por ejemplo en una reunión, en la iglesia o en una conferencia
  • Tiene que subir el volumen de la TV o de la radio
  • Tiene problemas para oír bien por teléfono
  • Tiene problemas para oír en el teatro, cine, u otros lugares de entretenimiento
  • Le resulta difícil oír en entornos ruidosos, por ejemplo en un restaurante o en un coche
  • Está limitando su actividad social debido a una dificultad de escucha y de comunicación.

¿Cómo me doy cuenta si estoy negando mi problema auditivo?
Una persona piensa de la siguiente manera en esa situación:

  • yo escucho bien, sólo es que la gente murmura, no habla claro
  • yo tengo problemas porque el lugar es ruidoso, si no, escucho bien
  • escucho lo que necesito escuchar, sólo que a veces pido que me repitan la pregunta.
  • me tengo que concentrar un poco más
  • no es tan malo como para utilizar audífonos
  • si empeora mi audición, pediré ayuda.

¿Cuáles son las consecuencias de negar mi problema auditivo?
Si continúa negando su problema auditivo puede transformar su vida social en un espiral descendente. Estas son las consecuencias más comunes que podría tener:

  • dejar de realizar sus actividades favoritas
  • evitar toda situación que le pudiera provocar dificultad para escuchar
  • peder su dinamismo
  • perder tolerancia hacia sus seres queridos
  • alejar de usted a sus familiares y amigos
  • transformarse en una victima por su decisión de no hacer nada por resolver el problema.

¿Cómo asumo y acepto mi problema?
El primer paso es admitirlo y hacerle saber a sus seres queridos que tiene dificultad para comunicarse. Aceptar:

  • que tiene un problema auditivo irreversible y esto afecta su vida de relaciones
  • que los medicamentos no le devolverán la audición
  • que sus familiares, amigos o compañeros ya saben que usted tiene un problema de audición
  • que la única solución que usted tiene es buscar ayuda profesional y, si es necesario, utilizar audífonos.