Archivo diario: 19 septiembre, 2012

Un negocio que afecta a la Salud Visual

¿Por que algunas personas siguen comprando sus anteojos de lectura y de sol fuera de las ópticas?. Porque no cuentan con la información necesaria a la hora de evaluar el riesgo que corre su salud visual frente a la tentación de los precios bajos que ofrecen los puestos callejeros.
Lo que realmente marca la diferencia entre comprar un anteojo en la calle o dentro de una óptica es el trabajo del profesional, que tiene la capacitación que le permite brindar un verdadero servicio e informar cual es el lente adecuado para cada patología que se presenta.
Los anteojos que se venden en la calle copian solamente la estética de las grandes marcas pero no siguen sus rigurosas pruebas de calidad.
La realidad es que muchos présbitas, sobre todo quienes no fueron usuarios de anteojos durante su juventud, recurren a los pregraduados cuando empiezan a necesitar ayuda para leer.
En principio, cada lente tiene su graduación (la mayoría de las personas necesita aumentos distintos en cada ojo) a diferencia del anteojo pregraduado. Por otra parte mucha gente compra en cualquier negocio sin receta, no tiene en cuenta sus dioptrías y simplemente hace una prueba de lectura. La consecuencia masiva es que se elige un anteojo con graduación superior a la necesaria. Esto implica que esta persona acorte su distancia focal (la adecuada es 33 cm o 40 cm dependiendo del cartel de prueba) y se acostumbre a ella. Como resultado se distorsiona la imagen y pueden aparecer mareos. Por último el anteojo pregraduado tiene un centrado óptico estándar, pero cada persona necesita el centrado personalizado, sobre todo para dioptrías altas y su falta produce un efecto prismático.
Además los présbitas muchas veces tienen un astigmatismo asociado y los pregraduados no tienen la corrección para esta ametropía.
Los cristales que se usan son prearmados y al no estar tallados pueden producir aberraciones y deformaciones.
El anteojo es producto de una consulta médica oftalmológica en la cual debe haber examen clínico, fondo de ojo y toma de presión ocular para expedir la receta. El paciente puede tener enfermedades que lo lleven a la ceguera si nadie lo trata porque compra sus anteojos sin hacer una consulta. En efecto, solamente en una consulta médica se detectan patologías como la catarata, el glaucoma (aumento de la presión del líquido del interior del ojo con lesión progresiva del nervio óptico), las maculopatías (lesiones de la retina que provocan pérdida de la visión) o un desprendimiento de retina. Cuando estos problemas se descubren a tiempo, el paciente puede empezar el tratamiento adecuado para corregirlos o detener su avance.